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«La pobreza creciente vacía de contenido los derechos sociales y convierte el estado del bienestar en una añoranza»

23 marzo, 2015

Las facultades de Derecho de Deusto, Comillas, Ramon Llull (ESADE-URL) y Loyola Andalucía convocaron el Congreso “Derecho y pobreza”, con el objetivo de hacer una reflexión jurídica multidisciplinar sobre los retos que plantean al Derecho las situaciones de pobreza que, con frecuencia creciente, se dan en nuestra sociedad. Inauguraron el congreso el Rector de Comillas, Julio L. Martínez, SJ, y la Directora General de ESADE-URL, Eugenia Bieto. El congreso se celebró el marco de colaboración de Unijes y Aristos Campus Mundus.

“A la vista de lo ocurrido en los últimos años, en los que ha crecido la pobreza de muchos, poco ha podido hacer el Derecho para solucionarlo. Poco puede hacerlo cuando se imponen los imperativos de los mercados. Pero no puede mirar a otro lado y lo menos que se puede decir es ‘no hay derecho’”, aseguró Augusto Hortal, profesor emérito de Comillas, en la ponencia inaugural del Congreso Unijes “Derecho y pobreza”. “La pobreza creciente vacía de contenido los derechos sociales y convierte el estado del bienestar en una añoranza”, afirmó.

Derecho y pobreza

El congreso sirvió para compartir los trabajos sobre el tema de derecho y pobreza, elaborados desde diversas disciplinas y por distintos grupos de investigación, siempre aportando un análisis jurídico. En las ponencias de las sesiones paralelas se abordaron cuestiones como el estado social, las políticas públicas y los servicios públicos; el derecho económico y el sistema fiscal, la administración de justicia, y los valores éticos y jurídicos, y la exclusión social. Además de los profesores de las cuatro facultades de Derecho, estuvieron representados en las mesas la Fundación Fernando Pombo, en la figura de Carmen Pombo, y Cuatrecasas Gonçalves Pereira, con Santiago Milans del Bosch.

La conferencia de clausura corrió a cargo de Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense, que hizo una retrospectiva sobre la pobreza y su marco legislativo a lo largo de los últimos cinco siglos.

“En una sociedad como la nuestra, que depende del asalariado, pobre es el parado y la familia del parado”, señaló Hortal en la sesión inaugural. La pobreza no solo afecta a los individuos, también a las familias, que son la mejor unidad de análisis para entender la pobreza, y para protegerse de ella. En España 3,8 millones de hogares tienen problemas con el empleo, el consumo, la vivienda o la educación, denunció Hortal, y uno de cada tres jóvenes entre 16 y 34 años ha dejado el sistema educativo y no tiene empleo. “El derecho termina por ser una variable dependiente de la cobertura económica”, señaló.

Derechos sociales 

“La asistencia sanitaria, la protección social o la asistencia a la dependencia, son bienes sociales que deberían distribuirse a quienes los necesitan, no deberían ser objeto de mercantilización, al menos en sus niveles básicos”, afirmó Hortal. Pero esos bienes sociales, ofrecidos universalmente, requieren financiación. El dinero no llueve del cielo, sale de nuestros impuestos, recordó. No obstante, “es un vicio muy arraigado en el legislador español hacer leyes preciosas que no van acompañadas de informes sobre su financiación. Cuando los derechos sociales no van acompañados de financiación, se quedan en buenos deseos”.

En su intervención, el Rector recordó a Ignacio Ellacuría, un nombre que aparece inevitablemente al hablar de derecho y pobreza. “Desde una experiencia espiritual que le había marcado la vida y un compromiso con la realidad social salvadoreña, entendían la universidad de un modo que nos ha marcado mucho a otros”, afirmó. “La conciencia de que nuestro mundo tiene gente que no vive en las condiciones de dignidad para realizar adecuadamente su vida, y en parte eso tiene que ver con condiciones socioeconómicas y culturales que se vuelven estructurales, hace que no podamos dejar fuera de nuestra tarea, como universidades jesuitas, la opción preferencial por los pobres, que no es ideológica sino cristológica, que nace de la misma entraña del evangelio”, aseguró el Rector. “Necesitamos superar la tentación que tiene la universidad de encerrarse en una torre de marfil. No va a haber alto nivel intelectual si estamos alejados de la realidad social”, concluyó.

Para Bieto, los centros de Unijes, “están para mejorar el mundo”. “Nacimos todos con una misión y raíces comunes, todo lo que hacemos es para mejorar la sociedad y contribuir a construir un mundo más justo, más próspero e igualitario, a través de la formación de alumnos desde una perspectiva integral; a través de la investigación al servicio de la sociedad y a través de la proyección y el debate social”, explicó Bieto.

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